martes, 20 de abril de 2010

Una vida sin Lucia

Nunca me atreví a imaginar una vida sin Lucía. No puedo siquiera osar pensar en Jesús y Ana sin su pequeña. Maldigo de nuevo a la vida que hace que las cosas sean así. Han pasado ya tres días sin ella, y la vida ya no pinta igual. Podríamos pensar en maldecir a los Dioses,cualquiera que sean los nuestros, o en llorar con amargura nuestra suerte. Podríamos tirar la toalla y pensar que todo fue en balde. Podríamos arrojar nuestra esperanza a un negro pozo. Pero no lo haremos.

De Lucía aprendimos muchas cosas, el valor de una sonrisa abierta y sincera, y el valor de unos ojos que dicen te quiero.El valor de una vida. Por eso duele tanto no tenerla, por eso el mundo es más malo desde que ella se ha ido. Pero no se ha ido su legado.

Lucía deja huerfanos a unos padres que la aman, y a los demás cojos de cariño. Su herencia para nosotros es la esperanza de que merece la pena reír y pelear, y el valorar cada momento precioso que vivimos en nuestros cortos días. Su herencia son esos ojos alegres y abiertos que han de recordar a sus papas que hay que mirar al futuro, peleando,como ella, y sin miedo.
Lo peor que podía suceder en la vida, ha sucedido ya.
Sólo nos queda atesorar en la memoria todo lo bueno que conseguimos vivir, y vivir cada día al igual que ella lo hizo.
Y seguir viviendo.

Volveremos a verla, al igual que a Pablo. Pero deben de esperar. Aún nos quedan cosas que hacer.Ojala podamos vivir todo lo que nos queda, a la manera de Lucía, con alegría y ojos que aman.

Jesús,Ana. Vivid. Por Lucía, por todo lo bueno y por toda la esperanza.
Vivid

No hay comentarios: