domingo, 4 de julio de 2010

No llores porque terminó, sonrie porque pasó



Esta frase del título de hoy la escuche por casualidad en la radio,esta mañana, al retornar de Santander. Santander es el refugio donde mayor felicidad mantuvimos con Pablo. Santander representa todo lo bueno y toda la vida feliz que le dimos. Y no puedo evitarlo, cada visita allí me pone triste, porque recuerdo esa mano que no tengo y que me acompaña.

A veces encuentro que soy una vocecita ahogada en un universo de gente con prisa. Un universo donde no importa nuestra historia,donde los amigos bienintencionados te recuerdan una y otra vez que hay que mirar adelante.
Yo miro adelante, miro el presente,en el que escribo una nueva historia con Vega, donde aprendemos a reirnos, a jugar, a llamarnos y a comernos los pies. Pero para mi, mirar al futuro y al presente no esconde a Pablo. YO SOY PABLO, y si por alguna ridicula razón Dios pensó en mi para protegerle y hacerle feliz, volqué en el mi alma, mi razón y me sentido de vivir. Soy un capitán naufragado, un almirante sin barco. un minuto de mi vida pasa sín pensar en él, de la mañana a la noche. Ahora, sonrio,como,juego con Vega, pero yo siempre seré el guardian de Pablo. Para Villagrá y otros muchos Pablo quedará atrás en su estadistica de casos medicos, y estarán orgullosos por lo conseguido. Podrán seguir su vida sin tener rasgado el corazón. Yo no. Yo seguiré adelante. Lucharé siempre por Vega y por María, siempre seré su guardian mientras Dios me conserve la vida y la fuerza. Pero nunca, nunca pasaré página. No se puede pasar página de uno mismo. Pablo fue la felicidad de mi vida. Con él aprendí a ser padre y persona, y esto es algo que nadie entiende.

A veces la gente se molesta cuando yo hablo de Pablo. Él está presente en mi vida, porque él es YO, y yo no soy sín él. A mi molesta que no entiendan mi historia, que no comprendan que no era un Quijote, tenía mucho temple, ni aguante,ni paciencia. Solamente luchaba por mi hijo,por salvarle, y le amaba, y le amo.
Le amo todos los días de mi vida. El me enseño lo que tengo que saber para ser padre.
Los que no entienden,siguen pensando en que hay que pasar página, porque así se sienten mejor,olvidando todo lo bueno que pasó, olvidando quienes son y quienes querían ser.
Yo no olvidaré.
Hoy,sigo siendo Pablo.
Hoy sigo siendo su guardián, y el de Vega y María.
No se puede vivir sin respirar,yo no quiero vivir pretendiendo que nada pasó.Ocurrió,por alguna razón, y yo respondí. Esta es mi historia. Y hoy miro a sus fotos, y recuerdo nuestras vivencias, y sonrío.
Siempre hablaré de Pablo,le pese a quien le pese.Quien no pueda resistirlo, es que no le llega la conciencia o el amor.
El que pueda,es bienvenido, a recordar conmigo sus vivencias, y a seguir escribiendo las nuevas que van a ocurrir, sin perder la sonrisa.
Y sin perder la perspectiva,
hijos, os amo.

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